Descripción o resumen: La escritura poética de Pedro Guerrero tiene el pulso de la incetidumbre. Como en juego de espejos, todos sus poemarios precedentes quedan anclados en este como punto de fuga. Y por tal ducplicación intertextual el autor se vuelve lector de si mismo y expone su identidad estética en hipótesis peregrina para mostrar que los versos itinerantes son precisamente aquellos donde germina su pervivencia expresiva. Debe ser el tiempo que hace hoy apela a los poetas malditos de los que aprendió metáforas para un nuevo lenguaje donde las imágenes protestan por lo visible y peguntan por lo invisible. Alberti, Baudelaire, Machado, Neruda, Ungaretti...El arte saca fuerza de melancolía y aún en la pira del cansancio, la pasión ekfrástica refulge con el cúmulo visionario de metáforas ardientes que siguen incendiando su retina alerta en la intemperie que de aquel jardín de las delicias solo halla la tabla de sus escombros.